El gas natural es una fuente de energía abundante y versátil que desempeña un papel fundamental en el suministro energético global. El gas natural se usa para generar electricidad, en las calderas de calefacción, para calentar el agua, es el gas de las cocinas y también se usa como combustible para diversas industrias como la industria química, climatización, vehículos de GNC y GNL, producción de acero, cerámica, vidro, textiles y muchos otros.
La búsqueda de yacimientos de gas natural se hace por técnicas y tecnologías que evalúan el terreno buscando los yacimientos de gas, desde los enormes depósitos submarinos hasta las reservas atrapadas en formaciones rocosas profundas.
Para buscar y encontrar los yacimientos de gas natural, hay que examinar la geología y la geofísica en la detección de indicios y señales que indican la presencia de gas. Para eso, se utilizan diversos métodos de prospección, como la sísmica y las técnicas de perforación, que permiten obtener datos precisos sobre la ubicación, la calidad y la cantidad de los recursos subterráneos.
Una vez encontrado un yacimiento, lo siguiente es determinar la viabilidad económica de la perforación y extracción y planificar su explotación de manera responsable y sostenible.
Otros aspectos que se tienen muy en cuenta al extraer el gas natural son los aspectos ambientales y sociales relacionados con la búsqueda del gas natural, como los desafíos y las medidas de protección del medio ambiente, la gestión del agua y la convivencia con las comunidades locales.
Elegir los lugares donde buscar gas natural, es decir, donde se cree que puede haber gas, es un proceso que implica análisis geológicos, geofísicos y económicos. Para determinar un sitio concreto donde buscar un yacimiento de gas, el sitio debe tener unas condiciones concretas de geología, datos sísmicos, muestro de suelos y rocas, historial de producción, estudios anteriores y factores económicos.
Se estudia la geología de una región para identificar áreas con alto potencial de contener gas natural.
¿Cómo se sabe si un área tiene potencial de contener gas natural? Para eso, se examinan las formaciones geológicas que son propicias para la acumulación de gas en la zona, como rocas porosas y permeables, estructuras geológicas favorables (pliegues, fallas, trampas estructurales) y presencia de fuentes orgánicas ricas en materiales carbonáceos.
Se utilizan técnicas avanzadas para obtener datos sísmicos de la zona, como la sísmica de reflexión, para obtener imágenes detalladas del subsuelo. La sísmica de reflexión es una técnica que genera imágenes del subsuelo a través de ondas sísmicas generadas artificialmente, que revela estructuras donde puede haber gas.
Los datos obtenidos permiten identificar las estructuras geológicas, como pliegues y fallas, que pueden actuar como trampas naturales para la acumulación de gas. También proporcionan información sobre la composición y la geometría de las capas rocosas, lo que ayuda a determinar la calidad y la cantidad de gas presente en el subsuelo, si lo hubiese.
Los análisis geológicos más precisos que se utilizan para encontrar lugares con altas probabilidades de contener gas natural son los siguientes.
También se hacen estudios de los sedimentos. Se analizan los sedimentos presentes en la región para comprender la historia geológica y la deposición de materiales en el área. Esto ayuda a identificar las formaciones geológicas donde puede encontrarse gas acumulado, como reservorios porosos y permeables que pueden contener grandes cantidades de gas natural.
Los análisis geoquímicos de muestras de suelos y rocas se hacen para identificar la presencia de materiales orgánicos ricos en carbono, que son indicadores de la presencia de posibles fuentes de energía como, en este caso, el gas natural. Se examinan los niveles de hidrocarburos y otros compuestos relacionados para evaluar el potencial de acumulación de gas en el área y valorar si merece la pena extraer ahí o no.
El software especializado se utiliza para construir modelos geológicos tridimensionales de la región examinada. Estos modelos integran datos geológicos, sísmicos y geoquímicos y sirven para visualizar y comprender mejor la estructura geológica subyacente, identificar posibles acumulaciones de gas y determinar las zonas más probables donde encontrar gas, para la exploración y la perforación en esas zonas.
El análisis del terreno para buscar gas natural involucra una combinación de técnicas y estudios detallados para evaluar la presencia de estructuras geológicas favorables, formaciones rocosas porosas y permeables, y fuentes orgánicas ricas en carbono. Estos datos proporcionan una base sólida para la selección de áreas específicas donde llevar a cabo la exploración y la extracción de gas natural de manera efectiva y rentable.
La sísmica es una técnica de exploración geofísica que permite obtener imágenes del subsuelo utilizando ondas sísmicas. Con este método se obtienen datos de la región de interés y, así, identificar posibles estructuras geológicas y formaciones geológicas en el terreno, en las que se pueda encontrar gas. Estos datos proporcionan información sobre la profundidad, la geometría y la composición de las capas geológicas.
Los pliegues y fallas son estructuras geológicas que pueden haber atrapado gas y son indicadores de lugares donde se podría encontrar y extraer gas natural.
Se recopilan muestras de suelos y rocas en el área de exploración para analizar su contenido de gas y otros compuestos relacionados. Esto es un gran indicador de la posible presencia de gas y de su calidad en la zona explorada.
El historial de producción de gas en la región se revisa y se estudian los informes previos de exploración y perforación en el área. Esto proporciona información sobre yacimientos existentes, que pueden haberse agotado o no, tasas de producción pasadas y potencial de nuevos descubrimientos dependiendo de si es un lugar con alta o baja concentración de yacimientos de gas.
Además de los aspectos geológicos, también hay que considerar factores económicos de los trabajos de búsqueda y extracción del gas, como los costos de perforación, extracción y transporte del gas, así como la disponibilidad de infraestructuras existentes, como oleoductos y gasoductos, que faciliten su comercialización o si hay que construirlos completamente.
Basándose en los factores mencionados, las compañías de exploración y producción de gas natural toman decisiones sobre los lugares específicos donde llevar a cabo una exploración más detallada y perforar.
La exploración y producción de gas natural es un proceso complejo que implica cierto grado de riesgo, y la toma de decisiones se basa en análisis exhaustivos y modelos geológicos y económicos para maximizar las probabilidades de éxito, de lo contrario, se habría desperdiciado mucho tiempo, muchos recursos y mucho dinero.
Un lugar que ha sido estudiado y evaluado se descarta cuando los análisis indican la ausencia o probabilidad baja de encontrar cantidades significativas de gas natural, ya que la extracción debe ser rentable, es decir, las compañías no van a perforar si hay poco gas y no van a obtener suficientes beneficios económicos o si van a tener pérdidas.
Se descarta un área si no se identifican formaciones geológicas adecuadas, si los datos sísmicos y geoquímicos no muestran indicios claros de la presencia de gas, o si los riesgos económicos superan los posibles beneficios.
Existen otros factores que hacen que una compañía rechace una extracción de gas, como las restricciones regulatorias o ambientales de la región o país donde está el yacimiento.
Se decide perforar en un lugar cuando se identifican indicios prometedores de la presencia de gas natural.
Esto puede incluir la presencia de formaciones geológicas propicias como pliegues y fallas bajo tierra, señales positivas en los datos sísmicos y geoquímicos, así como una estimación favorable de la cantidad y calidad del gas potencialmente presente para obtener beneficios económicos.
Además, se consideran factores económicos, como la viabilidad de la extracción y el acceso a infraestructuras de transporte, incluso si existen gasoductos o hay que invertir más dinero y tiempo en construirlos.